Busca la conexión
¿Cuántas veces nos esforzamos por conocer a las personas
como tales... como individuos?
Y especialmente, ¿cuánta voluntad tenemos
para conocer a quienes
parecen diferentes a nosotros?
Nos molesta trabajar con ellos,
vivir cerca de ellos, hasta su aspecto
y lo que producen en nosotros.
Es fácil levantar nuestras defensas.
Pero si las bajamos y buscamos cosas en común,
podemos encontrar conexiones inesperadas
y amistades imprevistas.
Recuerda que hubo quienes acogieron
a extraños en sus hogares y, sin saberlo,
fueron anfitriones de ángeles.
¿Cuántas veces nos esforzamos por conocer a las personas
como tales... como individuos?
Y especialmente, ¿cuánta voluntad tenemos
para conocer a quienes
parecen diferentes a nosotros?
Nos molesta trabajar con ellos,
vivir cerca de ellos, hasta su aspecto
y lo que producen en nosotros.
Es fácil levantar nuestras defensas.
Pero si las bajamos y buscamos cosas en común,
podemos encontrar conexiones inesperadas
y amistades imprevistas.
Recuerda que hubo quienes acogieron
a extraños en sus hogares y, sin saberlo,
fueron anfitriones de ángeles.
Cambia
La plegaria de la humanidad dice algo así:
"¡Permíteme ver mañana
algo que nunca haya visto!"
Es curioso, pero las personas parecen más felices
cuando tienen la expectativa de algo nuevo, algo diferente.
Sin embargo, casi tan pronto como llega,
lo nuevo se vuelve viejo y ya no resulta atractivo.
Y entonces nace el siguiente deseo...
que es tener algo nuevo, algo diferente.
Como los viajes o el café,
que parecen mejores mientras los planeamos
o cuando los recordamos, no durante la experiencia misma.
Que tu próximo deseo sea modificar la tendencia
y atesorar lo que disfrutas hoy.
- David Baird.
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