Tug tug tug
Usted puede destaparse a si mismo. En el medio de la noche - o temprano por la mañana, dependiendo de como lo mire - lo invade un frío helado porque usted, como un idiota, tiró su frazada por la noche; casi completamente de la cama, de hecho, con solamente una esquina sola que se adhiere al borde de la cama.
Sentándose la toma en sus manos, sintiendo aquel miedo familiar de su niñez: si usted no se encuentra con algo cubriéndolo, se deja expuesto a todos los tipos de horrores sobrenaturales.
La sujeta firmemente y le da un buen tirón, tratando de levantarla de una sola vez. No hay suerte, parece estar trabada.
Otro tirón certero parece liberarla un poco, y usted continúa, tirando firmemente y tratando de no hacer caso de aquel sentimiento tonto que es el miedo.
Tira. Tug tug tug… ¡Ya está! ¡Finalmente!
La frazada ya está completamente de nuevo sobre la cama y usted está seguro debajo de ella una vez más, retándose mentalmente por haber sentido miedo por nada.
Hasta que, justo antes de volver a quedarse dormido, siente un tirón de aquel sitio en donde la frazada estaba colgando antes.
Tirando. Tug tug tug...
No me dejes sola
Eran aproximadamente las cinco de la mañana cuando escuche un leve toque en mi puerta, me levante de la cama y me dirigí a abrir.
Abrí y nada, no había nadie; al entrar en mi cuarto volví a escuchar los golpes, molesto volví a abrir la puerta y de nuevo no había nadie, solo un frio viento que se colaba en mi casa.
A la mañana siguiente fui a casa de mi mama y le conté lo ocurrido, me sorprendí cuando mi mama me había dicho que a ella le había pasado absolutamente igual.
Ese día dormí en su casa puesto que tenia mucho miedo.
Al regresar a mi casa y entrar a mi cuarto encontré aterrada una nota que decía con sangre "Gracias por dejarme entrar a tu casa, ahora, por ese error tuyo, estoy dentro de ti...", de pronto escuche unos pasos inquietos subiendo a mi escalera, desesperada me encerré en el baño, de pronto sonó el teléfono, no salí a contestarlo, entonces los pasos cesaron y el telefono paro de sonar, al salir, él estaba ahí, ahora tiene mi alma, llevó mi cuerpo a el infierno y mi alma es suya.
A los dos días siguientes una amiga mía entro a mi cuarto, escucho el mensaje y decía lo siguiente: "Hija... soy tu mama (sollozando) no me dejes sola, el ahora viene por mi, no me dejes sola..."
No abras la puerta
Hace 2 años, estaban en su casa, tan tranquilos, María, una señora de 40 años que se había divorciado recientemente, con su hijo pequeño de tan solo 8 años.
Como era de costumbre María se tenía que ir todas las noches a trabajar, debido a que era una mujer con muchas responsabilidades (tanto en su trabajo como en su casa).
Pero aquel día sería muy diferente al resto de los demás; ya que, cuando se encontraban cenando vieron en las noticias que un asesino en serie, muy peligroso y agresivo había escapado del centro penitenciario de la ciudad. Lo más grave de la noticia no era que este interno hubiese escapado, lo peor era que había sido visto pocas manzanas cercanas del hogar de la familia.
Esto provocó la incertidumbre de María que al irse al trabajo tenia que dejar a su hijo solo en casa.
Para prevenir desgracias cerró las ventanas, puertas, y le explicó lo siguiente a su hijo: No habrás ninguna ventana ni las puertas. Aunque llevo las llaves, por si ocurre algo, yo llamaré 3 veces seguidas al timbre o simplemente me reconocerás por la voz y entonces sabrás que soy yo.
Llegado el momento, María se fue a trabajar y dejó a su hijo solo. Éste, lleno de miedo, cerró la puerta a cal y canto y se puso a ver la tele para relajar la mente.
Al cabo de rato, el chico ya estaba dormido cuando de pronto llaman a la puerta. POM...POM....el chico se despertó y aterrado se dirigió muy despacio hacia la puerta y dijo: ¿Eres tú mamá? La respuesta vino con otra serie de golpes acompañados de un susurro escalofriante que decía: JABREME DA PUETA.
El niño atemorizado huyó hacia su habitación donde se pasó la noche llorando y esperando a que llegase su madre, hasta tal punto que se quedó dormido.
Al día siguiente cuando se levantó se dio cuenta de que su madre no había vuelto. Y aún con miedo se dirigió a la puerta que conducía a la salida de la casa y se encontró a su madre con las piernas cortadas (por lo que no pudo llegar al timbre), la lengua cortada (por lo que no le pudo reconocer la voz) y totalmente ensangrentada.
Desde ese día este chico tuvo que estar hospitalizado en un psiquiátrico y no pudo dormir sin sufrir constantes pesadillas...
¿Que les parecieron estas minis historias?
¿Les gustaron? ¿Les dieron miedo?
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